Las andanzas y desventuras de Bárcenas
Pues sepa Vuestra merced, ante todas cosas, que a mí
me llaman «Tarzán», aunque mi nombre completo es José Luis Bárcenas
Gutiérrez, mi padre dirigía una sucursal de un banco, y ahora vivo en el portal número 34 de la calle Príncipe de
Vergara de Madrid.
Y como vuestra merced me ha pedido que le cuente el
caso por extenso me pareció contarlo desde el principio para que así tenga
cumplido relato de mi persona y así vea cuán fácil me ha resultado en esta
España de ladrones y farsantes convertirme en mayor de todos ellos y el más
celebrado en periódicos, noticias y revistas.
De mi infancia poco tengo que contarle. Solo le diré
que desde muy pequeñito trabajaba en una fábrica de Coca-Cola en verano, y que
me gustaba (y me gusta) esquiar. Desde entonces me convertí en una persona que que
aprieta los dientes cuchillo en mano dispuesto a todo por llegar a la cumbre.
Apenas entré en la edad adulta tuve desdicha de
experimentar lo que es trabajar, y desde que entré en el PP, mi obsesión fue
ser el tesorero. Con Lapuerta, ya era gerente, y me encargaba de pagar los
congresos del partido. En 2002, con José María Aznar en el Gobierno, ya ejercía
como tesorero en algunos actos, y cuando Vuestra Merced daba sus primeros pasos
como líder, yo también me encontraba al cargo de los gastos de los eventos. Ya
cuando conseguí el puesto de tesorero nacional del Partido Popular, fue lo más
de lo más. Ya entonces empezaron a llamarme del 'Bárcenas Dandy'. Tenía acceso a mucha información reservada y, cómo no,
a mucho poder.
No tardé mucho en comprobar que podía aprovecharme de
todo esto, como ya lo hice de pequeño. Y ahí empezó todo: la corrupción, los
engaños, el blanqueo de dinero negro, y cosas así. En esos tiempos empecé a
hacer cosas en el extranjero, en Suiza e Italia, y me infiltré en varios
chanchullos. Y comencé a enriquecerme, parecía que todo me iba bien.
Pero como la Fortuna es tan caprichosa y no puede
quedarse quieta, un día de estos llegó mi desgracia. Y resultó que me descubrieron,
pues resultaba que yo había estado relacionado con mil fraudes fiscales, tipo
caso Gurtel, el caso Bárcenas, y unas cuantas cosas más que Vuesa Merced
conoce, y que no mencionaré. Pues bien, se me acusó de muchas cosas, y al final
dimití, y después de varios juicios, fui puesto en chirona. Pero, en enero de
este año, conseguí pagar la finanza, y salir de aquel antro.
De lo que aquí adelante me sucediere avisaré a vuestra
merced.